Si hay un lugar en Girona que ha conquistado mi corazón y mi paladar, ese es, sin duda, Antiga Casa Bellsolà. Situada en la encantadora Plaça del Vi, esta panadería y pastelería ha logrado combinar la tradición con un toque moderno, ofreciendo productos que son una auténtica delicia. Desde mi primera visita, supe que había encontrado un rincón especial en esta hermosa ciudad.
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Al entrar, me recibió un ambiente cálido y acogedor. Las vitrinas estaban repletas de productos que no solo lucían espectaculares, sino que también prometían un sabor excepcional. La variedad es uno de los puntos fuertes de Antiga Casa Bellsolà. Aquí puedes encontrar:
- Diferentes tipos de pan: Desde el clásico pan de payés hasta opciones más innovadoras con semillas y cereales.
- Deliciosas pastas y bollería: Los croissants son un must, pero no te puedes perder los pasteles de crema y los panellets, ideales para cualquier momento del día.
- Café de calidad: Perfecto para acompañar cualquier elección de su amplia carta.
Los horarios de apertura son bastante convenientes; abren todos los días de la semana, excepto los domingos, desde las 7:30 hasta las 21:00. Esto me ha permitido disfrutar de sus delicias tanto en desayunos como en meriendas. Además, ofrecen varias opciones de servicio que se adaptan a las necesidades de cada cliente:
- A domicilio: Ideal para esos días en los que prefieres disfrutar de un café y un pastel en la comodidad de tu hogar.
- Recogida en tienda: Perfecto para quienes tienen prisa y desean llevarse algo delicioso sin esperar.
- Para llevar: Siempre es una buena opción cuando estás de paso.
Me gustó especialmente la accesibilidad del local. Es apto para sillas de ruedas, lo que demuestra un compromiso con la inclusión. Sin embargo, el aparcamiento adaptado podría mejorar, ya que no hay opciones disponibles.
La calidad de los productos es excepcional. Cada bocado me ha dejado una impresión duradera. El pan tiene una textura crujiente por fuera y suave por dentro, y los pasteles son elaborados con ingredientes frescos y de alta calidad. No me canso de recomendar el pan de chocolate que, sin duda, es un pequeño lujo que no te puedes perder.
El trato del personal también merece una mención especial. Siempre son amables y están dispuestos a ayudar con una sonrisa, lo que hace que cada visita sea aún más agradable.
En cuanto a los pagos, aceptan tarjetas de crédito, lo que es un plus para aquellos que prefieren no llevar efectivo. Esto, sumado a la posibilidad de disfrutar de un buen café mientras decides qué llevarte, convierte cada visita en una experiencia placentera.
Finalmente, no puedo dejar de mencionar que Antiga Casa Bellsolà tiene una calificación de 4.5 sobre 5, con más de 142 calificaciones. Esto habla por sí mismo de la calidad y satisfacción de los clientes. Sin duda, seguiré regresando a este lugar, ya que cada visita es una nueva oportunidad para descubrir sabores y disfrutar de la calidez de un local que ha sabido hacerse un nombre en Girona. Si estás en la ciudad, no dudes en visitarles; ¡tu paladar te lo agradecerá!
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